Isabelle (Agnès Jaoui) es adicta a las causas benéficas. Siempre está yendo de una acción humanitaria a otra. A menudo utiliza su filantropía como una forma de sentirse culpable con su familia y amigos. La llegada de una carismática benefactora al centro social donde trabaja amenaza su posición. Como una forma de restaurar su reputación, la implacable Isabelle decide abrir una autoescuela para refugiados en París, cueste lo que cueste.